GERMÁN REYNA
Considera la lectura de LA GACETA como parte de sus obligaciones laborales. Es que Germán Reyna es técnico en Comunicación, le falta poco para ser licenciado recibido en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT y trabaja como community manager con una cartera de clientes propia, por lo que estar informado es fundamental. Sin embargo, reconoce que sus padres leían el diario “papel”, por lo que casi se le hizo una costumbre. “En mi casa paterna recibíamos el diario todos los días, era una tradición, y así se fueron incorporando juegos como los Números de Oro y también los beneficios del Club LA GACETA”, explica. Según su punto de vista, actualmente la información que recibe de LA GACETA es en un 70% por medio de las redes, sobre todo Instagram y Facebook, y el 30% restante por la versión online. “La reputación que tiene el diario lo precede. Por eso si uno quiere chequear si una información es real recurre a LA GACETA, a la que sigo por los posteos”, indica este joven de 26 años. “Por mi trabajo, para mí el diario es una herramienta. Siempre queremos tener información fresca, pero todo es muy cambiante, el contenido en general de redes es efímero”, agrega. Sin embargo, admite que considera una obligación estar informados. “Leo todo lo que puedo. Antes era más de Deportes, pero después ya leía primero la sección principal, y luego espectáculos. Debo tratar de ver todos los temas”, explica. Según Germán, llegar a 40.000 ediciones es impresionante. “Veo que el diario está en un proceso de adaptación hacia las redes sociales, que hoy son indispensables. Deben seguir por el camino del contenido digital y apostar por la sangre joven. Y los más grandes tienen que adaptarse. No creo que la edición papel desaparezca, pero seguramente irá mutando hacia otro tipo de información”, finaliza, con mirada de comunicador social.
REINALDO VIGIANI
“Mi papá era hincha fanático de LA GACETA. Y mi mamá nos sentaba al lado de ella y nos hacía que leamos el diario todos los días. Así que lo único que puedo decir es que LA GACETA es parte de mi vida, y lo va a seguir siendo hasta el último día”. Reinaldo Vigiani se muestra orgulloso de poder contar su historia. Con 82 años lleva el diario bajo el brazo donde vaya. “Me reservo la sección de Tucumanos para la noche. Cuando me voy a dormir la leo y así ya puedo descansar tranquilo. A mí no me vengan con cosas raras del celular. Me gusta el papel y así lo leo, todos los días”, cuenta Reinaldo. Rememora que su padre, taxista, trabajaba durante la noche y que ya a la madrugada compraba el diario. Su madre tejía, y se informaba con LA GACETA, “Soy lector desde que nací, en el año 40”, afirma. Tal como muchos, asegura que el diario se lee “de atrás hacia adelante”. “Le doy una hojeada a la tapa y ya paso a la parte de policiales. Es una costumbre, el diario fue mi compañero desde siempre”. Hombre de diversos oficios como gastronómico, inspector de colectivos y maestro tornero, asegura que LA GACETA estuvo presente en cada una de sus actividades. “Siempre leía hasta las propagandas”, dice riendo. “Soy muy batata con la tecnología. Si usted quiere hablar conmigo no me mande mensajes. Me llama y charlamos. Así me pasa con el diario. No me acostumbro a leerlo de otra forma. Quiero el papel. Y además, a lo único que juego es a los Números de Oro, pero hasta ahora nunca gané nada”, rezonga. “Yo no soy amante de la televisión. Si quiero informarme leo el diario y ahí encuentro todo lo que necesito. LA GACETA representa algo muy importante en mi vida. Y no se lo digo solo a usted, se lo comento a todos. Siempre estuvo al lado mío”, cierra la entrevista. Con orgullo.
GABRIELA BOTTONE
Trabaja todo el día y además tiene la responsabilidad de guiar los destinos de sus jóvenes hijos. Pero siempre se hace un lugar para informarse. Y tal como le enseñaron sus padres, LA GACETA es su principal herramienta para saber qué está pasando. “En mi casa no podían faltar el vino, los cigarrillos y el diario”, cuenta risueña Gabriela Bottone, una emprendedora de 52 años que completa la sentencia: “a nadie le importaba si no había comida, pero esas tres cosas eran sagradas”. Y reafirma que su mamá Margarita era la primera que agarraba la edición papel, pero papá Gerardo, “El Tano”, no se quedaba atrás y debían repartirse para leer. “Siempre compramos dos diarios, uno para la casa y otro para el negocio. Somos incondicionales”, cuenta. “Creo que como en muchos tucumanos, LA GACETA es parte de nuestro ADN. Es la forma de saber qué pasa en la provincia, de mantenernos al día con las informaciones”, explica. Ella sigue prefiriendo el papel, pero muchas veces, mientras trabaja, prende la computadora y lee la versión online. “Me gusta mucho Tucumanos, que tiene temas lindos, como la adolescencia, las comidas. Pero como me enseñaron mis padres, leo los avisos fúnebres para saber quién falleció. Como se debe, empiezo de atrás para adelante. La tapa, policiales y después el resto”, explica. “Para nosotros es el principal medio de comunicación. Dicen que internet va a hacer desaparecer el diario, pero yo no creo. Se va a ir aggiornando, no puede desaparecer”, asegura. Además recuerda que sus dos hijos ya salieron en las páginas del diario: Eliseo, de 21 años, en Deportes, y Justina, de 19, en Sociales. “Tengo todos los recortes, es uno de mis grandes orgullos”, afirma. Y que además ella misma formó parte de las páginas del diario, con un rol que le encanta: las cartas de lectores. “Es una excelente forma de comunicación. El diario nos brinda esa enorme posibilidad. Por eso digo, para nosotros es indispensable”, reafirma.
EMANUEL GUANCO
Es usuario de LA GACETA desde hace dos años, cuando llegó a la provincia para comenzar la Facultad desde su Catamarca natal. Emanuel Guanco tiene 20 años y adoptó al diario como una de sus herramientas para estar informado todo el tiempo que lo necesita. “Generalmente lo leo desde el celular. Hay algunas cosas que me entero por Instagram o por Facebook, simplemente titulares, porque son las redes que más utilizo y para leer la nota completa acudo a la edición online para poder profundizar en los contenidos y poder saber qué dice toda la nota”, cuenta. “Lo que más me gusta es que encuentro de todo un poco, sobre todo de mis intereses, como de lo deportivo o lo económico, o lo social, como también a lo político”, explica. Y pide: “en algunos casos que no se redacte con lenguaje tan técnico, ya que se puede usar términos coloquiales para que todos podamos entender. Se puede encontrar el equilibrio entre lo técnico y lo ameno para todo tipo de lectores”. “El diario se convirtió en muy importante, me sirve en mi vida diaria porque estoy informado de todo un poco. Mis padres eligen la televisión como medio de comunicación, pero yo necesito leer LA GACETA y además es importante para conocer sobre todo lo que pasa en la provincia”, asegura. Emanuel cree que la comunicación avanza a pasos agigantados, y que incluso hoy a veces resulta difícil seguirle el ritmo. “Por la revolución tecnológica y las miles de formas que existen de comunicar es difícil predecir el futuro, pero creo que el metaverso va a influir en el cambio que va a sufrir la comunicación, y nos vamos a tener que adaptar, como siempre lo hacemos”, explica. Pero reafirma que mientras tanto, medios como LA GACETA son importantes para brindar la información que hoy tanto se busca.